jueves, 6 de septiembre de 2007

MURIÓ LUCIANO, SI SEÑORES OCURRIÓ. POR CLAUDIO ZIN

Fue un cáncer de páncreas, operado en el mejor de los hospitales del mundo hace un año. A pesar del tratamiento, hecho en uno de los mejores centros del mundo, el cáncer se lo llevó. Ocurre, sin duda alguna.
Solo esto dirá la noticia que en pocos días pasará al olvido y en algunos meses, habremos olvidado el día exacto de su desaparición. Es la vida, ocurre, todo pasa.
Sin embargo en algunos casos esto no debería ocurrir.
Por favor recordemos al más grande de los tenores de los últimos cincuenta años, en aras de las emociones que despierta en Usted, en cada uno de nosotros, cada vez que escucha el aria de una ópera conocida, o una canzonetta, de las que cantaba su abuela o su mamá, como lo hacía la mía, en boca del Gran Luciano.
Cada italiano tiene en sus genes algún rastro de la lírica, en algún sitio de nuestra alma (por si no le gusta el tema de la genética), hay una huella emocional dejada por un fragmento de Rigoletto, Aida, Madame Buterfly, Nabucco (en tiempos remotos una parte de esta pieza, fue la canción nacional italiana), o tantas otras.
Demasiada historia de la lírica para que no quede en los “tanos” recuerdo alguno de la música de ópera.
Aprovecho la oportunidad para recordar a los italianos en Argentina, que tenemos una deuda y no con Pavarotti (nacido en 1935), Gigli (Beniamino-1890), o Caruso (Enrico-1873), no, la deuda tiene que ver con un teatro que formó parte de la italianidad más profunda, a lo mejor la menos “paqueta”, la de la Italia interior profunda, la del coro de los esclavos de Nabuco.
Ubicado cerca del Congreso de la Nación (Av. Rivadavia esq. Pichincha-Balvanera), fue demolido hace muchos años, no sé bien porqué. Exacto, el Marconi, el viejo Marconi. Me acuerdo… fue un sábado del cincuenta y tantos, con mis viejos en el palco que papá había conseguido por un abono pagado con antelación, viendo y escuchando Rigoletto, con mi mamá llorando emocionada y mi hermano menor, Rudy (no tenía mas de 3 o 4 años. Volvió hace 20 años al trentino donde nació), también por motivos diferentes sin duda alguna.
Falta un homenaje, tenemos que hacerlo, se lo debemos a esa parte de nuestra historia. Teatro Marconi, Teatro Marconi, no lo olvide.
Nada, que todo pasa, salvo aquello que vale la pena, eso queda, Pavarotti quedará sin duda alguna.
Gracias por leer este sencillo homenaje.

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