jueves, 23 de agosto de 2007

PAYASOS ITALIANOS LLENARON DE SONRISAS AL HOSPITAL ITURRASPE DE SANTA FE

Seis italianos compartieron con chicos internados en el hospital una tarde llena de magia y risas. También, realizan esta misión en el barrio Santa Rosa de Lima y dejaron el mensaje de que siempre vale la pena sonreír, a pesar de que nuestros corazones estén rotos.
"Somos payasos a 360°, misioneros de la alegría y donde necesitan de ella, allá vamos", dijo Krauta, tal su nombre de payaso, quien con un marcado acento italiano concedió unos minutos a El Litoral antes de ir a ayudar en el comedor del barrio Santa Rosa de Lima.
Así se presentó una de las payasas voluntarias integrante de la organización italiana Viviamo in positivo (Vivamos en positivo), que congrega a más de 1.800 voluntarios en 36 ciudades de ese país. Junto a otros cinco voluntarios oriundos de Torino, Italia, se encuentra en nuestra ciudad desde el 6 de agosto para realizar una misión: llevar alegría a quienes lo necesiten.>
Los voluntarios destinan sus vacaciones de verano en el hemisferio norte para realizar esta tarea altruista y cada uno solventa el viaje con su dinero. Todos comparten esa vocación de servicio y ganas de transmitir alegría.>
María Luisa Mirabella (payasa Aureola) fundó esta organización en 1997 en Torino. Hace dos años visitó nuestra ciudad y tuvo la oportunidad de conocer a las Hermanas de la Providencia que trabajan en el barrio. Posteriormente, organizó una misión a Santa Fe, el año pasado, con 10 voluntarios.>
Krauta, aclaró que "no somos médicos sino voluntarios que hacemos cualquier trabajo. Antes de empezar hicimos un curso de formación y luego la formación continúa durante toda la vida de payaso. En Torino, nos encontramos una vez por semana para hacer talleres que pueden ser de improvisación teatral, malabarismo, zancos, encuentros con psicólogos o médicos. En Italia, sobre todo, trabajamos con los hospitales públicos y vamos también a cárceles u hogares de ancianos".>
Segunda misiónLa inundación que padeció nuestra ciudad en marzo de este año limitó las posibilidades de las Hermanas de la Providencia de dar hospedaje a otros 10 payasos voluntarios que vendrían este invierno. Pero esa adversidad permitió que cuatro de ellos fueran a hacer tareas similares a Uruguay y el resto llegara nuevamente a Santa Fe.
Krauta, Atrapasueños, Pozzanghera (charquito), Canticchio (cantito), Pau y Basilico (albahaca) volvieron a repartir alegría con sus narices rojas en Santa Rosa de Lima.>
Krauta explicó que "el año pasado hicimos nuestra primera misión y vinimos 10 payasos, antes de haber pasado unas semanas en Bolivia. Pero este año, el proyecto fue diferente porque se trató de continuar el trabajo del año pasado. Hicimos más talleres, además de espectáculos, para chicos y jóvenes del barrio, y también fuimos a la Pastoral de la Infancia".>
Confiada en que "en el barrio hay chicos que pueden ser payasos si ellos quieren", remarcó que la intención de la misión es replicar su experiencia en la comunidad. "Éste es nuestro mensaje: cuando hicimos el taller cada uno contó su historia personal, el motivo por el cual lo llevó a ser payaso voluntario. Era para mostrar que somos personas normales aunque tenemos una nariz roja o yo tengo orejas largas. Somos normales y, así como nosotros, otros pueden elegir ser payasos voluntarios".>
Un sencillo mensajeLa recorrida que los payasos realizaron ayer en el Iturraspe permitió ver rostros sonrientes y caritas contentas.
Krauta reconoció satisfecha que "paseamos por los pasillos y entramos en cada habitación para hacer magia, escenas cómicas y malabarismo, siempre improvisando. También habíamos ofrecido un espectáculo en el Hospital de Niños en el marco de la semana de festejos por el Día del Niño".>
Y contó: "Las actividades van unidas a una historia: un payaso aburrido que ve a los otros que hacen reír y hacen malabarismo. Al final cantamos la canción de Charles Chaplin que dice `sonríe también cuando tu corazón se está rompiendo porque siempre vale la pena`. Es un mensaje sencillo pero importante".>
Por último, Krauta contó que "nuestra organización no tiene que ver con la religión ni con la política porque servimos al que necesita y adónde nos piden. Acá estamos con las Hermanas de la Divina Providencia. En el barrio, estamos en el comedor y en la Casita de los Niños, además de recorrer algunas escuelas. Fuimos muy bien recibidos. El año pasado fue más difícil porque era la primera vez que nos encontraban y, entonces, no sabían quiénes éramos. Pero fuimos acogidos muy bien y este año aun más. Nos sentimos en familia y a mí me gustaría muchísimo quedarme acá pero tengo que volver al trabajo".>
Un testimonio
Krauta -quien trabaja en un banco, "algo aburrido", admitió- contó cómo comenzó su voluntariado: "Yo siempre hice voluntariado en Amnesty Internacional y también con Los Sin Techo y las prostitutas. Un día estaba trabajando en Internet y encontré el sitio de la organización (www.clownterapia.it). Lo leí y me dije que eso estaba hecho para mí, era lo que buscaba".
Admitió que "había hecho un viaje a la Argentina antes pero había visto más pero vivido menos; esto es diferente. Estas experiencias te ayudan a pensar y crecer".
de Mariana Rivera (litoral.com.ar)